domingo, 25 de enero de 2009

Miércoles 22 Mayo 1933.


Miércoles 22 Mayo 1933.

Al fin he salido de la clínica y regreso a casa. Luce un sol estupendo esta mañana refrescante de Mayo. No sé si es que me lo parece a mi después de estar una semana encerrada o Nueva York luce como nunca. Casi me había olvidado de este bullicio de edificios hasta las nubes, ajetreo de taxis y personas... es un gusto regresar a casa. James ha venido a recogerme ¡qué encanto de hermano! Parece preocupado y me ha dado el sermón de siempre: Que si mi trabajo es muy peligroso para mi, que si qué se me habrá perdido en esos países… lo de siempre, ha salido a papa. Es igual que él, no cambiará así que he de hacerme a la idea. La he insistido en ir a verle a casa y él en que me quede y descanse.¡No entiende que estoy harta de descansar. No he querido agobiarle, iré mañana, tal y como él desea, así tendrá tiempo de prepararme la fiesta, según dice y celebraremos mi cumpleaños, que fue el pasado 14. ¡Tiene razón! Dejaré que prepare el asunto como el quiera, pero anda listo si cree que me voy a quedar encerrada. Desharé las maletas, arreglaré la casa, que aunque James me ha asegurado que contrató a una chica de Harlem para que la mantuviese, tiene mucho por arreglar. Ni quiero imaginarme cómo estaría de haber pasado tres años cerrada.
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Después de darle un buen repaso al apartamento y ordenar mis cosas, he ido a recoger a Lorrie del trabajo. Se ha puesto contentísima. Tal y como me prometió hemos ido de compras y he pasado por la peluquería para retocarme el pelo. Ha insistido en hacerme una foto antes, para el recuerdo. Hacía años que no me tenía el pelo tan largo y ha insistido en ello. Me ha recordado a aquella vez en el instituto, pero por la razón contraria. Lorraine no ha cambiado nada desde entonces. He adjuntado la foto para que no me olvide del aspecto que tenía cuando regresé a esta ciudad.
Hemos ido a Sheraton, como solíamos hacer antes de marcharme a China y nos hemos regalado con un buen café. Me ha contado emocionada que tiene un anillo de compromiso... ésta Lorrie... Es un asesor del equipo del Alcalde, casi 10 años mayor que ella, pero Lorrie parece entusiasmadísima. Me ha enseñado una foto, pero no ha podido dármela porque es la única que tiene. Me ha parecido un hombre muy apuesto y desde luego es de los que le van a Lorrie, elegante y desahogado económicamente. Me ha contado que llevaba casi un año galanteándola. Supongo que es lo que quiere. Me ha preguntado si he conocido a hombres guapos en estos tres años y la verdad, ni los asiáticos ni los hispanos son mi tipo y he estado rodeada de ellos. Sólo hubo un fotógrafo francés en Nhan Yuan... pero tampoco he querido darle muchos detalles que conociéndola... Le he comentado lo de la Expedición al Polo Sur, y la he notado molesta. Dice que cómo puedo estar pensando en irme si no he hecho nada más que llegar. Me toca en el punto débil, la verdad. No sé si eso de lanzarme de nuevo a un trabajo lejos de aquí y que durará varios meses es la mejor de las opciones... pero, bueno, la expedición saldrá para Julio y puede que para esa fecha esté más que harta de la rutina. Me ha quitado mucho las ganas, la verdad. Veré a ver mañana qué opinan en la redacción, porque quiero hacerles una visita y además he de arreglar bastante papeleo de todo el asunto en Paraguay. Sigue sin darme noticias de Warren. Espero poder llamarle mañana a la oficina y salir de dudas. Hemos quedado los martes para repetir lo del café en el Sheraton, como los viejos tiempos. Me hace mucha ilusión volver a estar por aquí de nuevo.
La he dejado en casa en un taxi y me he regresado pronto. Quiero dormir bien, mañana se presenta un día ajetreado. A ver qué me encuentro en el periódico... y estoy deseando de ver a las niñas.

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